En 2011, en la EAEZ, leíamos artículos a favor y en contra del MPJD, encabezado por Javier Sicilia. Leímos el comunicado en que nuestro compañero sub comandante insurgente Marcos, hizo referencia al movimiento y al compañero Javier Sicilia.
Leímos sobre la Caravana al Norte, y el anuncio de la Caravana al Sur.
La EAEZ decidió conocer el MPJD, y la única forma era acompañándolo.
“Mucho miramos y escuchamos durante el largo trayecto. Cada lugar era una lección de la cruda y cruel realidad. El recorrido mismo estuvo lleno de símbolos y metáforas, de principio a fin.
Desde el 9 de septiembre, cuando Javier Sicilia leyó un antiguo poema nahua a un lado del templo mayor; pasando por Cuernavaca, Iguala, Chilpancingo, Acapulco, Huajuapan, Ciudad de Oaxaca, Juchitán, Acto en Ixtepec, Oaxaca, Ixtepec, Tapachula , Ciudad Hidalgo, Tecun Uman (Guatemala), San Cristóbal de las Casas, Acteal, Oventik, Ocosingo, Palenque, Villahermosa, Coatzacoalcos, Xalapa; hasta el 19 de septiembre, con un acto en la ciudad de Puebla y la llegada al zócalo de la ciudad de México.
Uno de los más memorables fue Monte Albán, en donde se llevó a cabo un encuentro, un autentico acto ecuménico, de reconciliación. En un ritual indígena, en un antiguo centro ceremonial, lugar sagrado de los zapotecos, se encontraron dos espiritualidades diferentes: el amor al prójimo, al otro, al diferente, representada por el poeta Javier Sicilia; y el amor y respeto a Nuestra Venerada Madre, la Tierra.
En la mañana del 16 de septiembre de aquel 2011, se dio el encuentro en el caracol de Oventik. En donde los zapatistas, las zapatistas, recibieron a familiares de la victimas de la guerra que se libra actualmente en México.
Muchos miramos y escuchamos, muchos nos miraron y escucharon.
Durante el trayecto que duro 11 días, muchos nos preguntaron por la pintura que en cada marcha, mitin y ritual llevábamos.
– Es la Guadalupana en su advocación de Coatlicue: la de la Falda de Serpientes, nuestra venerada madre, la Tierra- respondíamos.
Y es que varios notaron una característica muy especial de la imagen Guadalupana que portábamos: su falda de víboras de cascabel. Algunos lo tomaron como una ofensa, otros con interés y extrañeza, y por eso preguntaban.
A esos curiosos les contamos como el asunto era de carácter civilizatorio. Pues mientras que para la tradición judeo cristiana la serpiente es símbolo del Demonio y el mal, para la cultura náhuatl la víbora de cascabel era, es, el símbolo de la Madre Tierra.”
Muchos, muchas, vieron y admiraron esa pintura guadalupana que acompañó todo el recorrido de la Caravana al Sur.
Generoso, el MPJD nos dio, a la EAEZ, la oportunidad de decir nuestra palabra en el acto de la ciudad de Puebla. Así, el maestro Filo subió al templete con su respectiva pintura guadalupana y, sobre el pecho, un letrero con la consigna: “ante la violencia, toda nuestra fuerza espiritual.”